Cadena de frío
La Cadena de frío es el sistema formado por todos los procedimientos necesarios para conservar la refrigeración adecuada para que los alimentos lleguen de forma segura al consumidor.
¿Qué es la Cadena de frío?
La Cadena de frío es el conjunto de actividades que garantizan la calidad y seguridad de un producto, ya sea alimento o vacuna, desde su origen hasta su consumo o utilización.
Las etapas de la cadena de frío son las fases de producción, almacenamiento, transporte, distribución y venta.
Características de la Cadena de frío
La cadena de frío se compone de diferentes etapas que garantizan el estado óptimo de los alimentos y otros productos que deben mantenerse refrigerados; se caracteriza por:
- Existen dos tipos de conservación a través del frío: la refrigeración (corto o medio plazo) y la congelación (a largo plazo).
- Una temperatura de conservación adecuada preservará las características del alimento tanto organolépticas como nutricionales.
- El frío inhibe la degradación metabólica de las proteínas de los alimentos y otras reacciones enzimáticas.
- Esto retrasa la degradación del alimento y de sus propiedades sensoriales (olor, sabor, gusto).
- Si alguno de los puntos de la cadena de frío se llegase a romper o alterar, toda ella se vería afectada, perjudicando la calidad y seguridad del producto
- Una cadena de frío que se mantiene intacta durante la producción, transporte, almacenamiento y venta garantiza al consumidor que el producto que recibe se ha mantenido en un rango de temperatura segura.
¿Qué ocurre si se pierde la cadena de frío?
Cuando se descongela un alimento congelado, aunque sea de manera parcial durante apenas unos minutos, la actividad microbiana se reanudará en menor o mayor medida. Esta rotura de la cadena de frío tiene consecuencias como:
- Riesgo de intoxicaciones.
- Reducción del tiempo de conservación.
- Pérdida de calidad: aparición de bacterias, pérdida nutricional, malos olores.
¿Cómo detectar si se rompe la cadena de frío?
Detectar si un alimento ha roto la cadena de frío puede resultar complicado para el consumidor final, ya que no existen pruebas evidentes. Sin embargo, pueden presentarse algunas anomalías detectables como:
- Formación de escarcha.
- Estado del envase.
- Tiempo de descongelación.
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